LOCURA DE AMOR

                         Eres una diosa realmente bella;

La deidad más hermosa

Que Dios con su infinito amor creó.

Es tu esbelto cuerpo, singular escultura,

Y son tus bellos ojos, un verdadero encanto.

Y de tus ardientes labios

¿Qué decir?

Será que son mis ya cansados años,

Niña de mis embrujos,

Que sueño con fantasías imposibles,

O podrían ser de alguna manera,

¿Pura  realidad?

¡No...! Pienso y luego afirmo:

Tú eres bella entre las bellas

Y esencialmente muy virtuosa,

Que me induce a creer,

Que siento sed e inmensa locura

De insaciable y verdadero amor por ti.

Para culminar ya, mi fantasioso poema

De efímeras pesadillas,

Me atrevo a lanzar a los cuatro vientos

Esta simpática pero expresiva  invocación:

¡Cómo te amo mujer!

MIBECAR.

SÚPLICAS DE AMOR

Si dejo de verte unos días,

Me desespero tanto y muero.

Si tu sonrisa alegra a otros,

Me siento deprimido y lloro.

Si llevas heridas de amor

En tu corazón, también sufro.

Si tú recreas la mente en otros,

Mi frío corazón se reciente.

Si piensas que realmente te amo,

Entonces volveré a vivir.

Si eres frágil en el amor,

Entonces que mi Dios nos una,

Y que los dulces pajarillos

Con su romántico cantar,

Nos duerma en sinfonía de amor;

Y al despertar, que nuestra unión

Sea eternamente muy feliz.

MIBECAR.

LO BELLO DEL AMOR

Ayer cuando la cálida tarde caía

Y los dos, plácidamente caminábamos

Sobre esa hermosa y ondulada

Cinta plateada sin fin,

Con intenso delirio pensábamos

En lo bello que es el amor.

Un amor puro, un amor

De inmenso valor,

Que sólo Dios es testigo

De nuestra intensa pasión,

Amor, dulce amor.

En nuestros idílicos corazones,

Se arraiga segundo a segundo

El deseo de unir más y más,

Esos sentimientos

Que han nacido de una loca ilusión,

Con madurez de unas mentes sanas,

Nuestro amor se acrecienta,

Nuestro amor es más bello,

¡Qué nuestro amor nunca muera!

Que nuestro amor, sea más puro,

Entre tú y yo.

MIBECAR.

TRIBULACIÓN

He recorrido muchos caminos polvorientos,

Muy tristes, desolados y de pesados vientos.

He sufrido tanto los dolores de la muerte,

Que gracias a mi gran corazón, he sido fuerte.

He llegado a unos tontos momentos de locura,

Que aún siguen afligiendo mi alma ya madura.

He sido vilmente atormentado en el trabajo,

Que a veces yo me pongo muy triste y cabizbajo.

He tenido la fortuna de amasar riqueza

Y también por cosas del destino, la pobreza.

He pasado ratos felices que alegran mi alma

Y he sentido cómo muere esa alegría en gran calma.

He quedado muy solo sin mis hijas queridas;

Y ellas han partido sin dejar huellas ni heridas.

He meditado mucho; pues mi hogar, no es hogar;

Porque mis hijos todos, se han podido marchar.

Y veo que voy quedando muy solo poco a poco,

Y creo que así es quizás, como muera poco a poco.

MIBECAR.